La detención, según explicó Macaroff a través de un correo electrónico difundido el lunes 23, se debió a que quiso denunciar los golpes y maltratos recibidos por su defendido. La Policía, además, retuvo ilegítimamente el celular del joven detenido, según cuenta Macaroff; por ello, él solicitó copias del libro de la seccional. Al intentar denunciar todo a la unidad judicial ubicada en la misma comisaría, Macaroff relata que un policía se interpuso para impedirlo y lo amenazó reiteradamente de muerte. Frente a eso, el joven detenido, que estaba siendo liberado, anunció que haría la denuncia al día siguiente, ante la Secretaría de Derechos Humanos. El personal policial actuante afirmó que eso era una "amenaza" (sic) y se dispuso a arrestar nuevamente al chico, con golpes y patadas. En ese momento, Macaroff se interpone para evitar el ataque y lo arrestan alegando que entorpecía el procedimiento.
El hecho relatado es de una extrema gravedad. No por tratarse de un abogado: la libertad de toda persona vale igual. La preocupación aumenta porque el abogado resulta detenido cumpliendo un rol institucional, a saber, la defensa de un detenido. Esto ataca aún más el derecho a la defensa, ya violado por el inconstitucional art. 15 del Código de Faltas y por el inconstitucional procedimiento contravencional, que da poder de "sentenciar" al comisario actuante.
Un total y completo esclarecimiento de lo ocurrido, con la sanción de quienes resulten responsables, constituye la única respuesta oficial aceptable.
Más información sobre el tema:
El relato completo de Gabriel Macaroff, aquí.
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